El respeto empieza por el entendimiento.
Entendimiento de una verdad latente.
Verdad latente pues no ha sido descubierta sino hasta que se
ha manifestado o ha sido puesta en evidencia.
El respeto por el entorno, por lo natural son tópicos que me interesan
en éste momento.
Hablamos mucho de ello.
Es parte de cualquier tema de arquitectura contemporánea.
Pero, uno se pregunta… ¿dónde empieza tal actitud?
Se había pensado que ser respetuoso por la naturaleza por lo
circundante era usar lo del medio en los procesos, era tomar en cuenta el
paisaje, era ser limpio en la construcción, era poner vegetación endémica en
las jardineras diseñadas…y así…!
Recientemente he estado en la provincia de Galápagos por
esos azares del destino que uno nunca entiende y que manifiestan la grandeza de
Dios.
Una provincia en donde se vive en el aire, en el ambiente,
en la mente de tal, mucho respeto por las leyes que cuidan la naturaleza, y
digo leyes, porque eso es bien entendido para todos, más el respeto como
esencia no.
He recorrido muchos senderos y he nadado entre fauna
exótica.
He visto el “respeto” que los arquitectos manifiestan en sus
obras haciéndolas únicas a una manera distinta de lo que se vive en el
continente.
He visto y he estado tan de cerca animales libres que me he impresionado
profundamente.
Creo haber encontrado una pequeña respuesta de lo que
significa ser “respetuoso” de lo natural...
Es dejarlo todo como está, como lo encontraste, sin dejar de
ser tu mismo.
Lo normal, en mi caso, desde niño era el estar en la naturaleza
y apoderarme de ella.
Ahora veo que ese “apoderarme” era completamente un abusar
de ella.
Si caminaba por ahí y veía una flor bonita…la tomaba.
Si quería abrir brecha y pisar lo vivo...lo hacía.
Si me apegaba a un árbol y una rama me molestaba… la rompía.
Si veía una animalito…lo perseguía para atraparlo.
Si me extasiaba con un paisaje…lo quería conquistar.
Un abuso total y completo…Ahora lo veo así.
Diferente es estar en lo natural y no tocar.
Diferente es estar en lo natural y no cambiarlo.
Diferente es estar en lo natural y dejarlo estar ahí.
Diferente es estar en lo natural y respirar profundo.
Diferente es estar en lo natural y ser tranquilidad.
Como arquitecto lo considero una obligación, ahora, tomar la
batuta de este cambio y manifestarlo en mis diseños.
No creo que se trate el respeto, visto ahora desde esta distancia, el adoptar
para el diseño el entorno. No.
Aquellas ideas tan rancias de que: si estoy en la selva,
para respetar, las construcciones deben ser de guadua y palma; si estoy en un
lugar de cantos debo usarlos como revestimientos o dándoles protagonismo; si estoy en la sierra debe ser de tapial, adobe;
son equivocadas y no miran el problema más que desde lo superficial.
Así como uno “es” cuando está frente a un animal libre y que
no se inmuta, lo respeta al dejarlo en lo suyo, pero sin uno cambiar y dejar de
ser persona, así una obra arquitectónica respetuosa ha de “ser” lo que tiene
que ser, sin necesariamente cambiar y convertirse en paja, madera, palma, guadua, piedra, con la equivocada finalidad de “respeto”, pero abusando y talando todo el bambú
del alrededor, por ejemplo.
Siempre pensé que una obra arquitectónica respetuosa, no
necesariamente ha de ser una cabaña, ni un edificio camuflado de vegetación.
No.
El respeto está en ser único y dejar que lo natural, también
lo sea.
Atentamente
Erick Bojorque
Existe un debate entre la preservación natural y el consumo edificado de revistas, donde el arquitecto actual está en medio de lo que debe hacer y lo que el cliente o usuario desea. Nosotros como profesionales necesitamos educar al usuario del espacio, guiarlo a la luz aunque este no siempre estará deacuardo, el simple hecho de tenerun jardín o un árbol es como tener una porción del edén que Dios creo
ResponderEliminarSaludos cordiales
EliminarPaul Intriago.
Muchas gracias por tu amable comentario.
Atentamente
Erick Bojorque