96m2
2010.
La paranoia de lo simple...!
Saludos cordiales.
Los extremos a nada conducen.
Da lo mismo el exceso manierista, que la ausencia minimalista.
Son las dos caras de la misma moneda.
La moneda del gasto.
La moneda del apego.
En un caso me apego a todo lo que mi deseo impone.
En otro, rachazo, tal vez, lo que necesito.
La paranoia existe en ambos casos.
Paranoia en el sentido de torturar la mente hasta encajonarla con un preconcepto.
El límite es la moda.
No existe control ni autonomía en el arquitecto, en el usuario.
Se llega a la robotización del diseño.
En el caso que nos ocupa, los extremos lujuriosos son evidentes.
Hay extremo en lo pequeño de la parcela...¿Es que no mismo hay espacio? ¿Es más bien la carestía de la especulación?
Hay extremo en los acabados al mínimo...¿Es que no mismo se gusta de la decoración? ¿Es más bien la estafa de los altos precios de edificar? ¿Se beneficia la paz del usuario o el bolsillo de las franquicias?
Lindas fotos, pero vida estéril.
Arquitectura debe ser conciente.
El arquitecto debe ser amado por la arquitectura, no por el comercio.
Atentamente
Erick Bojorque Pazmiño
Imágenes e información..aquí.
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