Los Ordenes cognitivos en
arquitectura
La
Belleza Mutilada: Metodología para el análisis y el diseño arquitectónico.
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Es este un modelo inédito desarrollado por vuestro
servidor cuyo sustento teórico se lo está realizando desde la visión de la
"Belleza Dividida" de Jacques Ranciére, sobre el planteamiento de
Johann Winckelmann en Dresde 1764 acerca el arte y su expresión.
Se parte entonces desde
un enfoque de pensamiento estético que clarifica el hecho de que lo bello no es
solamente un todo sino también su expresión, su proceso, su historia, sus
partes; un planteamiento que “disocia la belleza de las formas de su ciencia” (Ranciére,
2013:27) para posteriormente llevarlo hacia la esfera del conocimiento como
tal, hacia una dicotomía de eso con la cognición arquitectónica.
Partidas de ello planteamos que se puede
aprehender la arquitectura, su belleza, su esencia, al conocer, al mutilar, al
extraer sus partes y analizarlas en el contexto cognitivo. Cognitivo pues en el
análisis se busca la sapiencia del misterio, los entretelones etéreos,
emocionales, mentales y volitivos de su manifestación y no solamente su
cristalización tridimensional visible y palpable físicamente. Al fraccionar el
acontecimiento arquitectónico, el hecho arquitectónico para conocerlo íntimamente
en un proceso de mutilación cognitiva, convertimos en trascendente a por
conciencia la materialidad de tal acontecimiento para dejar atrás las
figuraciones de una modernidad embebida en la sabiduría de la tríada
FORMA-FUNCION-TECNOLOGIA.
DESARROLLO
Cuando Winckelmann, hijo de zapatero, buscaba el
reconocimiento social en las cúpulas intelectuales alemanas allá a mediados del
siglo XVIII, la estética universal lo encontró a él en el patio de Belvedere en
la escultura mutilada de “el Torso de Hércules” (Ranciére, 2013:18). Gracias a
ese encuentro la belleza, la estética tomó un giro impresionante al dejar de
ser un todo clásico y convertirse en la aproximación de sus componentes. La
estética, el conocimiento habían ganado. La cognición humana también.
LA IRRUPCION DEL ENSAYO
“Ninguna teoría estética dispone actualmente de una guía que
permita conceder de modo infalible las estrellas del mérito a obras que, en su
mayor parte, se hallan a la espera de ser interpretadas” (Jimenez, 1999: 293)
De la misma manera que en reiteradas ocasiones, la historia
evolutiva-involutiva plantea y replantea al ser humano la misma pregunta
inefable e insuperable de ¿hacia dónde vamos? ¿hacia dónde nos dirigimos?, la
cultura, la estética, la arquitectura han generado la misma disyuntiva que no
pocos han puesto en tela de juicio principalmente en los albores de un nuevo
siglo, no tanto por el cumplimiento de la centuria sino por la convergencia sin
interrupción de la repetición constante de eventos de manera reiterada que la
misma naturaleza genera en su manifestación fractal. Todo desde lo
infinitamente pequeño hasta lo infinitamente grande se constituyen en la suma
de secuencias idénticas que no dejan de producirse hasta atravesar la materialidad
física y posarse en lo temporal ,en lo etéreo y en secuencias superiores e
inferiores, en estratos lejos del conocimiento humano. La fractalidad contenida
en un helecho y que hace que sus hojas sean iguales a sus ramas y estas iguales
a la planta en sí, es la misma fractalidad que hace que en lo temporal una
historia sea la misma que otra repetida en un singular de años en espiras
ascendentes o descendentes. Inicio de siglo, inicio del drama. Un drama que
todos aceptan, todos viven y todos temen. Los teóricos sueñan con el mecenazgo
de la sabiduría con la visión que permita una salida, “sueños con realizar otra
universalidad diferente de la propuesta por el sistema cultural” (Jimenez,199:
294)
Pero así como el sueño desaparece con la irrupción de lo no
esperado, esa ansia de encontrar el camino en lo estético en lo arquitectónico,
puede también verse desatado con la fuerza de un instante, no de verdad, sino
de conciencia y silencio mental.
Para Winckelmann esa irrupción fue el Torso de Hércules.
Para la estética de inicios del siglo XX el bidet de Duchamp. Para los tiempos
contemporáneos, esa irrupción está contenida en el ensayo.
“El ensayo no
resuelve nada, no da un punto de vista global sobre el sentido de la existencia
, constata pero es testimonio indirecto de una conmovedora nostalgia por la
totalidad perdida” (Jimenez, 1999: 234).
Este ensayo no es la verdad. Es una realidad que como tal no
es “eterna sino esencial” (Jimenez, 1999: 234). Se constituye en una salida, en
un sendero que se toma como el que toma un camino hacia su hogar, con la
seguridad de hollarlo y de su objetivo, pero sin la certeza de lo que vendrá al
recorrerlo. Así el ensayo. Ensayamos para probar, para “pescar a río revuelto”,
a sabiendas que cada incursión puede ser el instante mismo de una irrupción
consciente.
No decimos que el ensayo que proponemos es la única salida.
Solo que es una de ellas. Basta con recorrerlo.
Pero el recorrido no es una síntesis. Andar todo no es haber
andado en conciencia ni siendo conscientes y menos decir que se estuvo ahí para
solo comentarlo y tratar de decantarlo. No. En la síntesis de unión, unión de
teorías no se evidencia sino el afán de ser todos sin haber sido uno. Primero
hay que Ser, hay que evidenciar el detalle.
“El artista auténticamente realista construye la realidad a
partir de un detalle” (Jimenez, 1999: 238).
EL DETALLE
La particularidad puede expresar la generalidad.
Una generalidad está llena de detalles, de particularidades.
Tantas particularidades como ensayistas. Cada realidad particular es una verdad
a medias. La medida de verdad es consecuencia directa de lo que el detalle
muestra a sumas. Pero una verdad a medias.
La cognición es una verdad a medias. No se podría establecer
un conocimiento que abarque la verdad. No tendría aquel los elementos de juicio
ni los argumentos para cribar la magnitud de detalles contenidos en la verdad.
Se concibe un instante, un detalle, pero no todos los instantes. “Usted puede
hacer siempre frente al momento presente” (Tolle, 2012:66) pero no a la
multitud de presentes que conforman un instante de la verdad. Por tanto conocer
el todo es un proceso inconmensurable. Conocer el detalle, en cambio es posible
y hasta dichoso. La realidad es palpable en los detalles. La verdad es lo
desconocido. En los detalles hay mutilación.
LA MUTILACION
Se separa entonces la materia como tal de su expresión, de
su ciencia. Uno era el objeto y otro el proceso, el material, la definición. La
belleza ya no simplemente era el todo de los cánones clásicos. La belleza podía
ser entendida por las partes. La arquitectura como arte es un todo que puede
ser dividido en la expresión de sus componentes, en la ciencia de su
manifestación. En ese dividir se encuentra su belleza, radicada en cada
aforismo de su materialidad.
La mutilación cognitiva de la arquitectura no puede sino
llevarnos a desentrañar sus secretos, sus detalles, sus más íntimos resortes y
desembocar en una aparente verdad, en una de las realidades de su belleza, de
su esencia, de su Ser. ¿Qué es lo que impide que la estética se pueda situar
rigurosamente en el mismo plano que el
conocimiento lógico? (Jimenez, 1999: 278). Solamente el vivir en un solo estado
de conciencia, en el de la búsqueda.
En el torso mutilado, Winckelmann vislumbró la posibilidad
de sobresalir, de entregarse por completo al deleite de un buen futuro, pero al
hacerlo a raja tabla del tiempo, nos permite ahora los argumentos necesarios para
validar el “desmembramiento”, en un aporte certero para despejar el problema
del análisis del hecho arquitectónico.
¡Conocer es inevitable!
¿Cómo hacerse del conocimiento?. Es lo indispensable.
LA COGNICION
Al acto de conocer se lo llama cognición, al acto de
percibir y procesar la información. ¿Cómo se podría conocer si no se sabe
percibir?. Para percibir hay que disgregar, separar las partes. Ir al detalle. Ninguna
obra arquitectónica podría ser descubierta si primero no es percibida, si
primero no se la capta a través de los sentidos.
Son entonces los
sentidos los portadores de tal tarea y también ellos serán los que valorizarán
el resultado. Sentidos desarrollados apropiadamente generarán una mejor
percepción. El experto , el aguzado observador, el sigiloso oyente, el versado
catador, el romántico olfateador, el sincero palpador lograran una mejor
penetración informativa.
Pero, más allá de ello el genio analítico logrará los
procesos necesarios para aprehender el conocimiento.
El conocimiento en esencia es entonces la mutilación de la
totalidad, el corte sistemático de las partes para descubrir su múltiple
realidad.
Pero, como en el Torso de Hércules, debe existir un límite.
El límite de la materialidad que permita un denominador común. No podría irse
más allá de aquello que es la quinta esencia. Al hacerlo, ni la belleza sería
capaz de discernir sobre sí misma. Nos adentramos entonces en un mundo de
percepción y análisis. En un mundo de genialidad. La genialidad de las partes y
el detalle que emancipan la belleza de la estética en su concepto.
Pretendemos desarrollar un método de percepción y análisis
cuya aplicación es completamente aleatoria, subjetiva y que depende de la virtud
del analista de lo bello, del orden.
LOS ORDENES
Los ordenes nacen de la masificación de una obra artística
aceptada colectivamente en el estilo.
Los ordenes clásicos vislumbraron la aquella detallosa
masificación de un instante real en el arte, por ejemplo el griego en los
estilos Dórico, Jónico, Corintio. Su cautelosa y voraz trascendencia fue la
vívida expresión de la puesta en juego de los detalles en ellas que se
convirtieron en denominadores comunes de su estilo.
En una obra
arquitectónica, haciendo siempre un transponer, existen elementos que forman
denominadores comunes, dígase geométricos, formales, concretos, y más que
categorizan la obra y le dan orden.
Hablamos entonces de una gama de situaciones que encierran o
enmarcan el estudio desde un planteamiento inicial hasta una retro valoración
de los resultados de la misma. Dichas situaciones contienen en sí mismas los
fundamentos de la intencionalidad y los trazados, ya que hablamos de
arquitectura.
Si buscamos entonces la trascendencia de una realidad
artífice de una verdad mayor que encumbre una posible salida al dilema de las
artes, en este caso arquitectura, tendríamos que plantearnos los detalles que
en cognición encerrarían el devenir sistemático físico de una obra construida,
enmarcando entonces inevitablemente la primera idea que doblegó al arquitecto
para ejecutar su arte; los trazados generatrices que le permitieron verlo en un
entorno bidimensional o tridimensional; la fluidez racional de los traslados espaciales;
la definición de los componentes formales que le sedujeron; el arrobamiento de
texturas y colores que lo deleitaron; la sincera y honesta claridad estructural
que le permitió doblegar la ley de la gravedad; la severa identificación de los
flujos emocionales y energéticos que lo deslumbraron y la manifiesta aceptación
de los resultados que provocó.
Es decir:
·
La idea inicial.
·
El trazado generatriz.
·
Los flujos y espacios.
·
La forma.
·
Las texturas y colores.
·
La estructura.
·
Lo sensible.
·
Lo energético.
·
El resultado.
Transformándose aquella secuencia descriptiva en lenguaje más decantado en los ordenes cognitivos en arquitectura:
·
ORDEN METACOGNITIVO
·
ORDEN GEOMETRICO
·
ORDEN DISPOSICINAL
·
ORDEN MORFOLOGICO
·
ORDEN CONCRETO
·
ORDEN TECNOLOGICO
·
ORDEN SENSITIVO
·
ORDEN ENERGETICO
·
ORDEN VALORATIVO
ORDEN METACOGNITIVO
·
Es el planteamiento inicial. La
idea básica. El mástil mayor de la embarcación llamada diseño arquitectónico.
·
Es la quinta esencia del
objetivo de diseño. No solamente el ¿hacia dónde voy?, sino también ¿cómo voy y
con qué voy?
·
Es la filosofía para encarar el
proyecto. Depende siempre de la particular realidad del proyectista tanto
psíquica como contextualmente.
·
Es el pensamiento que
desarrolla el diseñador. En la metacognición no solamente se traza la línea de
secuencia de diseño, sino también se vislumbra la capacidad de sostenerse en
ella.
·
Es la intencionalidad que pone
el diseñador en la obra. A partir del planteamiento original, el diseñador
llevará hacia él, hacia el origen del diseño, todos los conocimientos, todos
los avatares que le permitan culminar y dar vida a su idea. Una metacognición
sin sostén intelectual, técnico, psíquico, no podrá con los arrebatos de su
materialización.
·
Es lo que quiere aprender en
ese diseño en particular.
·
Es la dirección y el sentido
que guiarán su proceso de actuación.
·
Es la suma de principios que
guían al arquitecto, los cuáles pueden aumentar o disminuir a partir de la
intervención.
·
Son los argumentos con lo que
encara el proyecto al mundo exterior e
interior.
·
Es el auto conocimiento.
·
Cuando el Orden metacognitivo
supera a los demás órdenes, se obtiene “arquitectura conceptual”
ORDEN GEOMETRICO
·
La
geometría es la viva manifestación de una elemento creado. La naturaleza misma
se sostiene a través de la simetría fractal, que es en esencia la geometría de
la repetición en secuencias infinitas. Cuando hablamos de una estructura no
podríamos dejar de mencionar ni de percibir su geometría. Existe geometría en
el cabello dorado, en el ojo observador, en la belleza de un rostro. En “El
hombre que calculaba” de Julio César de Mello e Souza (1895-1974) se narra una
interesante historia sobre una princesa y un príncipe indeciso. El príncipe en
su desesperación por saber si la princesa era hermosa, pues la burka que usaba
no le permitía saberlo a simple vista, pidió al “hombre que calculaba” que
descifrara una fórmula para poder saberlo. El estudioso lo hizo y descubrió que
en la simetría estaba la belleza. Se lo aseguró al príncipe y éste no lo
rebatió cuando al fin la conoció. Por su simple manifestación, la geometría
puede convertirse en un referente de belleza y seducción. Los ordenes clásicos
en arquitectura así lo atestiguan. Las proporciones áureas también. Un elemento
arquitectónico no podría estar exento de su análisis geométrico.
·
Es el
trazado generatriz bidimensional y tridimensional del proyecto. Son las
primeras líneas que el arquitecto realiza en su demarcación espacial. Es el
primer acercamiento a la obra.
·
Es la
consecuencia siguiente del boceto metacognitivo.
·
Está
compuesto de mallas lineales, cartesianas, algorítmicas.
·
Generalmente
establece la disposición estructural del hecho arquitectónico. No es
indispensable.
·
El trazado
geométrico intuye e incluye determinantes y condicionantes de diseño.
Determinantes: normativa urbana, emplazamiento, diagnóstico espacial,
presupuesto. Condicionantes: condiciones ambientales, contexto.
·
Es la base
o matriz en la que se asentarán los siguientes ordenes.
·
Cuando el
Orden Geométrico supera a los demás órdenes se obtiene “mallas arquitectónicas”
ORDEN DISPOSICIONAL
·
Es la ubicación espacial de los
diferentes locales.
·
En la disposición existe la
oculta necesidad de mostrar y/o enfrentar los patrones establecidos por el
colectivo, familiar, social, imperante. Importante es para el arquitecto
descubrir dichos patrones, valorarlos, ponerlos en tela de juicio y si es
necesario sacrificarlos en virtud de un avance en la estructura espacial
general de las edificaciones. No siempre se ha de disponer, por ejemplo en una
vivienda, con el acceso, la sala a la derecha, el comedor a la izquierda, la
cocina al fondo y la escalera con baño en su descanso inferior, por decir en
planta baja, y eso mismo ¿por qué lo social siempre ha de mantenerse en dicha
planta arquitectónica y hacia el frente de la crujía principal?. Todos estos
juicios de valor, incluso ameritan ensayos posteriores.
·
Se establecen organigramas de
funcionamiento, zonas, espacios, locales, tanto horizontal como verticalmente.
·
Se establecen flujogramas.
·
Se establecen conectores
verticales y horizontales.
·
Se establecen locales,
dimensiones de locales, mobiliario, número de usuarios por local, instalaciones
requeridas, normativas.
·
Se establece a grandes rasgos
la primera forma del edificio, la volumetría.
·
Se determina un posible
emplazamiento del edificio en caso de proyectos en marcha.
·
Se determina condiciones del
emplazamiento en el caso de análisis varios.
·
Cuando el Orden Disposicional
supera a los demás órdenes, se obtiene la “arquitectura funcional”
ORDEN MORFOLOGICO
·
Es la definición formal del
edificio.
·
Es la definición en cuanto a
volúmenes, planos, líneas, puntos, que limitan o limitarán los espacios.
·
En éste orden el arquitecto
trabaja la creatividad de la composición formal. No es lo mismo un cubo
concebido como volumen a secas, que un cubo concebido con líneas divergentes o
con planos yuxtapuestos. No es lo mismo.
·
Se usa la simetría axial,
reflectiva, esférica, helicoidal, traslacional, fractal, divergente para el
manejo de los elementos que componen la definición formal.
·
El trazado morfológico está
supeditado a los anteriores órdenes.
·
Define espacios de remanso y
receso arquitectónico.
·
También maneja la creación de
geometría y espacios virtuales, producto de la generación de elementos
concretos.
·
Cuando el Orden Morfológico supera
a los demás órdenes se obtiene “esculturas arquitectónicas”
ORDEN CONCRETO
·
Es la definición material del
proyecto.
·
En ella se establecen
materiales, colores, texturas, brillos, calidad, naturalidad, transparencia,
consistencia, peso; de cada elemento formal.
·
Aquí se establecen las
relaciones de armonía y oposición entre los acabados de la edificación.
·
Existe un acercamiento
definitivo al presupuesto de obra.
·
Existe un acercamiento intenso
con los clientes dueños del proyecto.
·
Un mismo proyecto podría tener
infinitas posibilidades de concreción.
·
Cuando el Orden Concreto supera
a los demás órdenes se obtiene “arquitectura significante”. Es este el tipo de
arquitectura que se maneja contemporáneamente. Ya no interesa tanto el edificio
en sí, sino un detalle, un acabado, una vista por material transparente.
ORDEN TECNOLOGICO
·
Es un orden muy importante en
la época y siempre se ha constituido en el orden modelador histórico de los
referentes arquitectónicos. Gracias al orden tecnológico la arquitectura romana
se distinguió por el uso del arco, la griega por el pórtico, la gótica por los
arbotantes, la arquitectura funcionalista por el uso estructural del acero.
·
Las edificaciones se vuelven
inteligentes tanto en el exterior para regular la luz y ventilación, como al
interior para regular temperatura, acciones y predecir comportamientos.
·
En este orden se perfilan
sistemas tecnológicos que definen la forma y la sustentabilidad de una
edificación.
·
Se establecen sistemas
ecológicos, sostenibles, de tratamiento y reciclaje, de fuerza e iluminación
artificial, de climatización.
·
Se establece la formalidad de
aquellos sistemas.
·
Cuando el Orden Tecnológico
supera a los demás órdenes se obtiene la “arquitectura tecnológica”
ORDEN SENSITIVO
·
En este punto el arquitecto
trabaja en el despertar de las emociones de los usuarios.
·
Se tiene presente la
iluminación natural y artificial.
·
Se tiene presente la altura y
la gravedad de un espacio.
·
Se tiene presente la inspiración
que deba y puedan causar los elementos morfológicos en el observador.
·
Se consideran puntos focales,
líneas de recorrido, lugares de observación y meditación, reflexión en la obra.
·
Se tiene presente la comodidad
ambiental, calor, ventilación, iluminación, seguridad y conservación.
·
Cuando el Orden Sensitivo
supera a los demás se obtiene “arquitectura focal”
ORDEN ENERGETICO
·
Es el “aura” de la obra,
“especie de halo que nimba ciertos
objetos –o ciertos seres- con una atmósfera etérea, inmaterial” (Jimenez, 1999:
248).
·
La autenticidad se logra con el
despertar. El despertar es producto de un manejo energético adecuado. Manejo
energético que resulta de la suma de apropiación y auto-descubrimiento. La
apropiación consiste en la unicidad y el auto-descubrimiento en el flujo de
energías.
·
Establece una correcta y
adecuada orientación hacia las fuentes del flujo energético en el planeta según
las necesidades del edificio. Feng Shui.
·
Establece la disposición
espacial de accesos beneficiosa en cuanto a las corrientes vibracionales de la
Tierra.
·
Establece formas beneficiosas
de cubiertas, colores, materiales.
·
Establece los bloqueos
necesarios para evitar posibles fuentes naturales y artificiales de energía dañina
para la edificación.
·
Busca la abundante y feliz
existencia de los usuarios del proyecto y del edificio.
·
Elimina elementos estructurales
que puedan ser causantes de daños y perjuicios en la salud del edificio y las
personas.
·
En el Orden Energético el
edificio es concebido como un ser vivo.
·
Cuando el Orden Energético
supera a los demás órdenes, entonces se obtiene “arquitectura energética”
ORDEN VALORATIVO
·
Es el resultado. Lo que se
asimila.
·
Existen tres maneras de
catalogar este orden. La primera es la arquitectura itinerante. En ella lo que
interesa es un momento de la edificación, su uso pasajero, siendo estos
elementos construidos, las carpas, las instalaciones en plazoletas, los estantes.
La segunda es la arquitectura de fachadas en donde el elemento arquitectónico
esta realizado para atraer público, como el caso de los museos, los centros
comerciales. Lo que interesa es llamar la atención. Una tercera manera es la
constatación misma del resultado del edificio en su existencia luego de haber
sido construido y vivido. Lo que interesa es saber si el resultado es
coincidente con el planteamiento original de diseño. Esta última visión es la
que convierte a una obra arquitectónica en maestra. Se considera el uso de este
orden cuando el edificio ha sido construido y está en funcionamiento.
·
Un orden valorativo exitoso
puede ser la metacognición de un nuevo proyecto.
·
Cuando el Orden valorativo,
supera a los demás órdenes, se obtiene la “arquitectura itinerante” en un caso,
“arquitectura comercial” en otro u “arquitectura maestra” en el mejor de los
casos.
CONCLUSION
La genialidad es hermosa.
Cuando la genialidad está presente no
existe sino lo obvio. Obvio sobre algo que era invisible para los profanos,
pero evidente para el certero. La genialidad no necesita de métodos, análisis,
ensayos. Para los demás se requiere de sendos estudios.
Un punto de genialidad en el devenir
es trascendente y puede convertirse en referente para nuevas propuestas. Este
ensayo ha pretendido aquello. La búsqueda incansable de nuevos derroteros, no
es más que eso, solo búsqueda. Si comprendemos que la naturaleza misma es
fractal y repetitiva, entonces comprenderemos que no hay “nada nuevo bajo el
sol” que todo se repite y que lo nuevo no existe. Entonces a ¿Qué nuevo nos
referimos?. Basta la humildad para tomar la secuencia de un punto de genialidad
y desarrollarlo para insertarse en el acontecer póstumo.
Con ello pretendemos ratificar el
hecho de que ningún pensamiento, ninguna teoría es un acontecer meramente
histórico como tal, enterrado en el devenir, sino que puede traspasar la
barrera del tiempo y convertirse en protagonista de planteamientos
contemporáneos.
¡La claridad de un instante es
claridad por siempre!
BIBLIOGRAFIA
Jimenez,
Marc. ¿Qué es la estética?: Los giros del
siglo XX. España: GERSA, 1999. Impreso.
Ranciére,
Jacques. Aisthesis: Escenas del régimen estético
del arte. Buenos Aires: MANANTIAL, 2013. Impreso.
Tolle,
Eckhart. El poder del Ahora. Colombia: Grijalbo, 2012. Impreso.
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