La creatividad fluye como el agua, como el viento, como el día, quién la quiera debe encontrar la manera de permitirle fluir.
Hotel Marqués de Riscal.
Saludos cordiales.
Vivir reprimiendo la creatividad es vivir en conflicto.
Vivir buscando la creatividad es vivir en conflicto.
Vivir canalizando la creatividad es vivir en conflicto.
El conflicto deviene de nuestra incapacidad de vivir el momento, el presente.
El conflicto, bloquea la creatividad.
El conflicto impide un normal flujo de ella en nosotros.
Una persona puede buscar la creatividad toda su vida y no encontrarla.
Pero en cambio es interesante ver como se manifiesta, ella, en los arquitectos que le han dado paso en sus vidas. Ella los ha convertido en sabios ante los ojos de la humanidad.
Cuando la mente deja su parloteo, deja de existir el conflicto.
Cuando el conflicto termina, la creatividad aparece.
Cuando la creatividad aparece, hay que cultivarla.
Cuando se cultiva la creatividad, el flujo energético es intenso y arrollador.
No solamente basta con encontrar la creatividad. Es necesario aprender a conectarse con ella.
En el ejemplo de Gehry, el afamado arquitecto, lo hace con la vivencia motriz; es decir con las manos.
El vive la creatividad palpando el objeto que diseña.
Es evidente que tal forma asimilativa, genera esculturas, que es justamente su obra. Arquitectura escultórica. Está bonita, está fea...es cosa de otro cantar.
¿Cuantas formas de conectarse con la creatividad existen entonces?
Sencillo....
Cuantos seres humanos existimos.
Importante es terminar con el conflicto.
Puedo-No puedo.
Sé-No se.
Tengo-No tengo.
Nuevo-Repetido.
Si el conflicto vive, la creatividad se apaga.
Atentamente
Erick Bojorque
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