Augsburgo. Alemania.
10.600m2
2007
Concurso. Primer puesto.
Saludos cordiales.
Diseñar en el entramado urbano es una experiencia de adaptación y coraje.
Adaptación...ya que se conjugan varios elementos al momento de definirse.
Coraje...para lograr una adaptación que no vaya en detrimento de la urbe, del edificio o de ambos.
Pero, aunque parezca paradójico, un mayor número de determinantes arquitectónicos, ambientales, urbanos, contextuales, anecdóticos, permiten mayor fluidez al momento de decidirse por un partido arquitectónico.
Muy al contrario de edificios diseñados en espacios abiertos, en donde las determinantes las estipula la imaginación del artista.
Muchas de las veces y creo que de manera general, la variable de libre albedrío en diseños urbanos, es la fachada.
Fachada que resulta siendo, "conservadora" u "opuesta".
El diseñador centra su atención en definirse por una de aquellas posturas.
Esto debido a la herencia del "Estilo Internacional", que arrasó con los núcleos urbanos históricos de ciertas ciudades centenarias. Una época por cierto muy lamentable para la historia de la humanidad.
Caso contrario, por ejemplo, un arquitecto barroco de la ciudad napoleónica, no tenía sino que seguir el canon establecido y punto.
En efecto de la "oposición" o "armonía por contraste" se logran variados resultados, siempre en consonancia con la forma de la fachada, como habíamos dicho, y no tanto en la disposición de los elementos del edificio.
En el caso presente, los arquitectos plantean un prisma contemporáneo en el que se divisan las losas de entrepiso rompiendo el volumen general y creando en cierta forma, líneas de libre trazado de circulación interior, que terminan abruptamente y de manera aleatoria en sus distintos recorridos por la fachada.
Un artificio, sencillo, vertiginoso y agradable.
Le ha valido una victoria.
Atentamente
Erick Bojorque
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