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viernes, 7 de noviembre de 2014

LA CIUDAD COMO EXTENSION DEL EDIFICIO.

Sencillo es reconocer la influencia que un edificio tiene al ser edificado.
Una obra impacta en su entorno. No existe duda.







Una casa hermosa inevitablemente hace que un sector se vea de mejor calidad.
Un hecho arquitectónico de poca calidad convierte así mismo a su entorno en desagradable y hasta lo degrada.
No es lo mismo ver una explanada con una vivienda con indiscutible estética que ver la misma explanada con una vivienda sin el menor esfuerzo arquitectónico.
Una sola obra puede hacer la diferencia.
Veamos el caso del museo Guggenheim Bilbao en España. Su presencia no solamente logró despertar la autoestima de un sector degradado de la ciudad, sino de la ciudad misma y de todo el país.
Una sola obra puede cambiar a toda una ciudad.
Un caso en Ecuador. La pequeña ciudad de Alausí en la provincia del Chimborazo hasta hace unos años un poblado que vivía a duras penas de su historia ferrocarrilera. La Nariz del Diablo, espectacular trazado de ingeniería no era capaz de sacarle de su letargo. Con un aporte del gobierno nacional, lo que era sombra de antaño, vio nuevas luces. Se intervinieron plazoletas, vías férreas y la terminal nacional dándoles un nuevo brillo y atractivo. La respuesta de la población fue mayúscula. Al poco tiempo toda la urbe estaba repintada, mejorada. Se crearon restaurantes, hoteles y el movimiento turístico nacional se exponenció.
Una sola obra puede hacer la diferencia.
En el colectivo humano, una sola persona puede hacer cambios que retumban en la trascendencia histórica. Muy al contrario de lo que el materialismo dialéctico manifiesta, la dialéctica de la conciencia dice la "la masa es la extensión del individuo"
El mismo principio se aplica a las edificaciones: "La ciudad es la extensión de los edificios"
La suma de edificios feos, enfermos, insalubres, agónicos, muertos, tacaños, dará como resultado una ciudad fea, enferma, insalubre, agónica, muerta.
La suma de edificios bellos, estéticos, sanos, vivos, dará como resultado ciudades hermosas, sanas, vivas.
Pienso, que es importante para los arquitectos el empezar a ver los edificios como seres vivientes que reclaman una manifestación esencialmente sana.
No importa el tamaño de la obra.
No importa el monto que se invierte.
Un simple baño puede hacer la diferencia.
Para el propietario cualquier intervención es importante.
para el arquitecto cualquier intervención pude hacer la diferencia.
La creación de edificios hermosos, sanos es lo que hará ciudades hermosas y sanas.
Aquellas inadecuadas búsquedas de la estética del nuevo milenio, de la nueva manifestación arquitectónica, me parecen burdos temas de puro intelectualismo.
Lograr una edificación sana es lograr la propia conciencia del arquitecto.

Atentamente
Erick Bojorque Pazmiño

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