El Partenón. Atenas. Grecia
Catedral de Chartres. Francia
Saludos cordiales.
Toda civilización se ha permitido enseñar una verdad a la humanidad.
Pero siempre hacia el auto conocimiento.
Una es la cultura griega de proporciones, geometría y trigonometría.
Otra la del medio evo de los godos con gárgolas y laberintos.
En cada obra maestra de arquitectura, su verdad de ciencia, arte, mística y filosofía.
Nunca estaban terminadas.
Siempre debían mostrar la imperfección de la condición humana.
Guardaban en las líneas, los decorados, los volúmenes la sabiduría que conduciría al adepto hacia la realización.
Los griegos le dieron forma tridimensional a las energías planetarias, a través de los volúmenes exactos.
Los godos entregaron la verdad de la iniciación venusta.
En las grandes catedrales plasmaron todo un sistema de códigos y laberintos para instruir al iniciado, para guiarlo en su andar.
No por nada las gárgolas le indicaban los peligros de los defectos.
El púlpito en la quinta columna, desde donde los oradores clamaban por la purificación, le indicaba al hombre sabio la necesidad de escuchar el corazón para avanzar.
"El vaso que contiene la piedra" el útero cósmico y la castidad científica.
"El laberinto de 13 metros" nuestra psiquis. El "13" la muerte mística, la eliminación del yo psicológico. Los "6 pétalos"el enamorado. Solamente caminando con decisión de amar se llega al centro de quién soy.
De esta manera se conformaba una "obra maestra de arquitectura"
Hoy...solo formas.
Atentamente
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