Alejandra Frutos y David Tixi. Arquitectos.
Saludos cordiales.
La ciudad grande es atractiva.
Las grandes urbes facilitan oportunidades de todo tipo.
La mística es el crecimiento material.
La gente campesina embebida de ideas globales, quiere el "progreso", quiere ganar dinero y "avanzar".
Gobiernos descuidados e intolerantes agravan la situación al marginar de infraestructura y servicios a los pobladores rurales.
Las masas se mueven y es cuestión de "poner un negocio" hecho de charola y pocos caramelos para ganar dinero y vivir en la metrópoli.
Se gana mas. Se tiene mas. "Es hermoso".
Pero... a la hora de dormir la cosa se complica.
Miles de personas buscan refugio.
Muchos avivatos les ofertan grandes terrenos para "invadir".
Gobiernos locales complacientes y corruptos no tardan en legalizar los ultrajes inmobiliarios.
Direcciones de planificación negligentes, no se acompasan con el ritmo de la migración y duermen el sueño del caos y el delito.
Un municipio prudente se adelanta a los hechos.
Un municipio visionario encuentra la solución al abuso migrante.
Las normas y reglamentos bien usados impiden que las ciudades crezcan de forma tugurial.
Una correcta iniciativa de los arquitectos ecuatorianos.
Su idea, la de generar mega estructuras donde los "desposeídos" construyan a discreción ordenada sus viviendas es válida y en boga.
Lo interesante es no perder de vista que si no existe la apropiación debida de los espacios, toda intervención edilicia tiende a ser abandonada y/o destruida.
También es innegable que dar por dar, genera mayor pobreza.
Atentamente
Erick Bojorque
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